Por Alfonso De Elías
Foto Cortesía
Resulta extraño ver un filme de un gigoló educado, que se dedica a satisfacer todo tipo de mujeres exóticas con dinero que se sienten solas, son apasionadas y desean sexo; pero ¿Cuando hemos visto un vendedor de amor, sexo y compañía que sea refinado?
En esta película de Woody Allen titulada “Fading Gigolo” es la historia interesante del humor sarcástico del director, Allen interpreta al jefe intelectual que con chantajes sentimentales convence a su compañero de complacer a las hermosas damas para hacer el negocio más viejo del mundo: la prostitución, solo que lo disfrazan de una forma elegante.
Todo este numerito del amor a primera vista y de la seducción de seda con elementos de elegancia y narcisismo se complica, cuando un policía de origen judío comienza a sospechar de las actividades de estos dos cínicos rufianes. Por ello inicia a investigar sin conocer el resultado en pocos días.
Esta comedia ácida sin duda es una manera entretenida de ver otra forma de presentar el disfraz de la indecencia con lo congruente de estafar a la mujer necesitada de comprensión y de mucho amor en cualquiera de sus formas.
