POR: EVELIN A.
Foto Cortesia
Después de un día de duro trabajo en el que nos levantamos muy temprano para atender a los niños, darles el desayuno, el lunch y salir corriendo con rumbo a la escuela y en seguida al trabajo; al término de éste hay que pasar rápidamente a recoger a los niños y llegar a casa a disponer la comida, después ayudarles en las tareas, preparar la ropa y la comida del día siguiente, bañarlos, darles de cenar y dormirlos para enseguida caer rendidos pensando en que se pudo haber hecho más pero el cansancio frena.
Cuando vamos a revisión médica nos checan la temperatura, la presión arterial y nos suben a la báscula pidiendo que nos despojemos de sacos, bolsas, cinturones y zapatos; si sólo pusiéramos en la báscula esas prendas creo que pesarían entre cuatro y cinco kilos, estos artículos por sí solos tiene un peso que deberíamos considerar; hay sacos y chamarras muy bonitos, de moda pero con materiales y adornos pesados, igualmente las bolsas y portafolios son grandes con herrajes, broches, correas, adornos y cadenas pesados y con lo que se le agrega en el interior resultan aún más pesados. Llevar cinturones con adornos o hebillas de metal aumentan el peso que cargamos diariamente. Es importante tener en cuenta al adquirir prendas de vestir que no sean voluminosas; porque el peso puede contribuir a aumentar el cansancio por estar cargando aditamentos innecesarios; debemos tener cuidado al elegir una chamarra abrigadora pero ligera que será de gran utilidad; debemos seleccionar lo que cargamos en la bolsa para colocar sólo lo que es realmente necesario de trasportar; usar cangurera es una buena opción. Los zapatos deben ser cómodos, antiderrapantes y ligeros; las suelas gruesas y pesadas deben desecharse. Los portafolios deben ser prácticos y livianos.
Si ponernos más atención a la forma de vestir y de adquirir los accesorios encontraremos que podemos transitar más ligeros y al final del día estar menos cansados.
