Texto por: Evelyn A.
Foto Cortesia
Entiendo por paradigma un modelo ideológico que seguimos fielmente hasta que es sustituido por otro.
Muchos padres de familia se siguen guiando por el viejo paradigma de creer que con el solo hecho de que sus hijos asistan a la escuela ya aprendieron mucho; creencia errónea porque el tiempo en la escuela no es suficiente para aprender lo necesario para la vida; la verdadera labor de la escuela es dar la guía a los alumnos de lo que cada uno, por sí mismo, debe averiguar, descubrir y ejercitar para apropiarse de ciertos conocimientos, por eso existe la llamada tarea que es la investigación y el seguimiento que cada alumno debe realizar en actividades extra-clase.
Afortunadamente este falso paradigma de que la asistencia a la escuela por sí sola es sinónimo de adquisición de conocimientos, está siendo sustituido por el paradigma que concientiza que para un buen aprendizaje no es suficiente ser escolar (el que asiste a la escuela) sino que es indispensable, además, ser realmente estudiante (el que estudia para aprender).
Ahora, con la revolución tecnológica-cibernética, otro paradigma que está quedando relegado es el de considerar que sólo se puede aprender bien teniendo maestros presenciales; la educación a distancia plantea el paradigma de que para ser estudiante no es indispensable asistir a un centro escolar. La educación actual plantea que la presencia del docente se aleje cada vez más del entorno del alumno, que requiere más que antes de ocuparse de su propio conocimiento asumiendo la responsabilidad total de su preparación académica.
Otro paradigma que está cayendo en desuso es el de creer que la calificación refleja realmente el aprendizaje del educando, sabemos de las prácticas nocivas de aparentar avance en el estudio sólo por tener buenas calificaciones; cuando esas “altas” calificaciones realmente no están midiendo el grado de conocimientos adquiridos. Por situaciones diversas algunos alumnos alcanzan buenos resultados incluyendo haber copiado a otros compañeros durante el examen o por ser hábiles sacando “acordeones” o apuntes.
Ahora otro paradigma que está siendo obsoleto es el que establece que para avanzar de grado es necesario una evaluación de conocimientos; cambios recientes en el sistema educativo básico anulan, en los primeros grados, la reprobación dando la pauta para entrever que los exámenes tienden a desaparecer dejando exclusivamente la labor de aprendizaje al estudiante.
