Texto por Jenny Álvarez
Foto Cortesía
Una película dirigida por Ben Affleck que se estrena el próximo 12 de octubre; donde aborda el intento de un especialista de la CIA en sacar de Irán a 6 compatriotas refugiados en la embajada canadiense durante la crisis de los rehenes en Irán. Este evento se mantuvo como información confidencial y clasificada por décadas. El 4 de noviembre de 1979 el gobierno surgido tras la revolución iraní tomó como rehenes a 52 americanos por 444 días. En medio del caos, 6 de los ocupantes de la Embajada de los Estados Unidos lograron huir pidiendo asilo al Embajador Canadiense. A partir de ahí, los momentos de tensión y ritmo son fundamentales, y con algunos tintes de comedia también. Aunque la CIA jugó un papel fundamental en el rescate de dichos rehenes norteamericanos, también hay partes de la película donde se extrajeron fragmentos de un documental realizado para este operativo. No obstante, la parte más interesante de la película es cuando se tiene que establecer una producción real del gobierno iraní para la verificación de la profesión ficticia del Agente Mendez (Affleck) hacen que el espectador tenga momentos de tensión, ya que el Artista de maquillaje John Chambers (John Goodman) y el productor Lester Siegel (Alan Arkin) hacen bromas con cierto humor negro. El desafío se cumple al surgir dificultades para la misión, así como los momentos más emocionantes que se interponen entre el grupo de Méndez y el avión hacia la libertad. Se siente realmente la tensión, una formula inequívoca de Hollywood para hacer alarde de sus héroes, que no falla de alguna manera. Aunque la película fue escrita y dirigida de manera inteligente, me reservo algunos detalles políticos e históricos que por obvias razones nunca van a ser contados como es la realidad, pero finalmente se cumple el objetivo de la película que es la de entretener a un público que nunca va a analizar más allá de lo que fue la misma realidad histórica.
