Cine y Películas, Espectáculos|August 11, 2017 8:08 pm

Annabelle infunde el sentimiento más infernal de lo paranormal

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Texto y fotos por Alfonso de Elías

En una edición de lujo, de los años 40’s, donde uno entre cien juguetes de Annabelle fue diseñada y construida con mucha cautela  como la original; por un padre de familia cuya hija Bee, sería invocada por espíritus diabólicos por conducto de la muñeca.

Doce años después del nacimiento de “Bee” (Samara Lee) ocurre su muerte y su espíritu deambula por la vieja casona donde aún habitan los padres de la chica  y la muñeca diabólica vestida de blanco.

A la llegada de seis niñas y una monja a la casona situada en un enorme campo junto a un aterrador árbol con un viejo columpio, inician aterradores ruidos, visiones nocturnas y apariciones que señalan a  Anabelle como la protagonista de la historia.

Con la gran sorpresa para los espectadores que tal vez las protagonistas serian dos de las jovencitas hermanas que visitan aquel lugar siniestro sin saberlo.

Y lo más impactante es cuando “Janice” (Talitha) Bateman la que debería ser la actriz principal por los sucesos de la historia pasa a segundo plano y la actriz secundaria al papel principal.

Los detalles de cada uno de los objetos de la casa están bien realizados con las luces y sombras que emanan efectos de escalofrío, con la ayuda de los acercamientos de cámara, los giros inesperados de cada toma que dan imágenes ópticas escalofriantes.

La música es un factor primordial para cada paso que da cada personaje.

 

 

 

 

 

 

El verdadero miedo aterrador es cuando se ven  a los personajes intimidados y vulnerables por el atroz momento que viven al ser perseguidos por entidades malvadas desconocidas. Algo parecido a la actuación del personaje principal Norman Bates en el filme Psicosis de 1975.

La creación fantástica de este filme es aparentar que el miedo es horrible en imágenes diabólicas o monstruos, cuando el verdadero suspenso psicológico lo provocan las excelentes actuaciones de sus protagonistas, destacando el personaje de “linda”, interpretado por la joven actriz, Lulú Wilson con una excelente interpretación en sus gesticulaciones  expresivas a detalle que denotan en su mirada, boca y lineamiento de la cara, gracias en parte a la buena dirección actoral por parte del director de escena.

Aunque se anticipa la tercera secuela de este filme, vale la pena observar con detalle, la fórmula de espantar sin el uso de mucha tecnología, o grandes historias que al final no asustan como se espera.

 

 

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