Por: Evelin A.
Fotos Cortesía
Cada vez es más corto el tiempo entre el alza de los precios de productos básicos y no básicos, por los motivos que sean es un hecho que constantemente se incrementan los precios de los insumos, por esto tenemos que modificar nuestros hábitos como consumidores. Muchas personas acostumbras comprar más alimentos de los que requieren y, en consecuencia generan desperdicio.
Para evitar gastos innecesarios, el hacer bien una análisis de lo que realmente vamos a ocupar nos puede ayudar. ¿Para qué comprar ocho piezas de pan si sólo somos dos los comensales? ¿Para qué comprar un apio completo si sólo vamos a ocupar tres ramas? ¿Para qué comprar dos libras de tomates si únicamente vamos a usar dos piezas? ¿Para qué comprar una sandia completa si sólo la comerán dos personas?
Creemos que usando refrigerador tendremos bien protegidos los alimentos, sin tener presente que pierden propiedades con el paso del tiempo y que la congelación reduce el sabor por lo que es
mejor consumirlos lo más pronto posible.
Cuando acudimos a las tiendas de autoservicio, como tenemos todo a la mano, se nos facilita tomar lo que se antoja sin medir las consecuencias nefastas para salud y el bolsillo.
Una vez le pregunté a un chef ¿cuál era la mejor manera de conservar la comida? Y contestó. “comiéndola”.
Es buena la recomendación de comprar la despensa llevando una lista previa de lo que necesitamos y acabando de comer.
En cuanto a los objetos, ¿Para qué comprar ocho pares de zapatos de diversos colores, si con tres podemos abarcar todas las combinaciones de la ropa? Con zapatos negros combina la ropa del mismo color, la azul, la roja, la gris, la blanca y colores afines; Con zapatos cafés combina la ropa naranja, amarilla, verde y con zapatos beiges combina el café, negro, blanco, amarillo, naranja, verde, azul, rojo, morado y derivados, por lo que se pueden adquirir para combinar con cualquier vestuario. Es suficiente tener dos pares: unos negros y unos cafés para combinar bien un guardarropa, que tampoco debe ser excesivo.
No necesitamos acumular tanto para mantenernos sanos y equilibrados en los gastos y además evitaremos desperdicios siendo más selectivos de las cosas que necesitamos.
